lunes, 16 de marzo de 2015

MI HARTAZGO


Hoy daré pie al articulillo que introduzco en mi blog, rindiendo un merecido homenaje a cualquiera que tenga la inmensa gallardía, de enfundarse unos guantes y ponerse a defender los 3 palos en un campo de fútbol.



Dicho queda de paso que me atribuiré la osadía para poner como ejemplo a alguien, al cual lo  creo merecedor de mucho más que una simple pizca de respeto por parte de todos.




Debido a que más allá de estar siempre en el candelero como actualidad, y de también como cualquiera que se pueda dedicar a la profesión que tanto me gusta, estar supeditado al gusto o no del aficionado que lea mis líneas, tendrán que reconocer su pequeño o gran mérito contraído para este noble deporte,  a base de esfuerzo y sacrificio, de lucha año tras año y de estar expuesto día si día también, al inquebrantable veredicto diario sobre su estado de forma, sobre su vida, sobre sus gestos o simplemente, sobre como es él.



En el fútbol actual en el cual nos movemos todos, creo que se están equivocando demasiadas cosas, ya que pienso bajo mis creencias forjadas con un sinfín de situaciones rocambolescas, a las cuales tuve acceso de una u otra forma,  bien en primera persona, o bien como cualquier seguidor de nuestro deporte, no existe coherencia con lo que se dice o con lo que se hace.



Se rigen los gustos y las informaciones con poco o ningún criterio contrastado, se hace una mezcla de lo que es el deporte o las cualidades de cualquiera para el mismo, con lo que supone tener una vida más o menos lujosa, se dilapida gratuitamente años de dedicación por un simple capricho personal, se juega con una situación institucional estable por el simple hecho de hacer más ruido que el opositor, en resumidas cuentas, se hace daño a las personas que intentan traer a este deporte satisfacciones para todos.



Está claro que todos los profesionales que se dedican, o que nos dedicamos al fútbol, somos conscientes de que se juega con las cartas marcadas en la mayoría de los casos, pero no por ello deberíamos ignorar algo fundamental, y es que tras la coraza multicolor además de deportiva se encuentran seres humanos, iguales a aquellos que ganan los partidos desde la grada, desde la cabina de prensa, desde los palcos vip, o desde el palco presidencial en cuestión.



Y todos estos que andan con la creencia aferrada de la ignorancia deportiva como bandera, desprestigiando a los suyos y pensando que su mayor torrente de voz ganará los partidos para su equipo, conseguirán realizar un efecto contrario al que ansían para la entidad a la cual se denominan fervientes seguidores, ya que los que tienen potestad para traer momentos gloriosos hacia dicha creencia, son esos a los cuales tildamos de una u otra cosa con saña en el veredicto deportivo.



Serán los jugadores (porteros) gusten o no, los que defiendan la elástica de nuestros amores, estarán en posesión de la barita mágica llenando los momentos de vida deportiva con felicidad o satisfacción, y se esforzarán seguro egoístamente hablando por hacerlo bien, ya que no conozco a ningún futbolista a lo largo de mi extensa carrera como jugador, y ya varias temporadas como técnico, al cual le haya visto salir a un terreno de juego pensando en hacerlo mal, sino mas bien todo lo contrario, con la creencia en que aquel sería su partido, y que los puntos o eliminatoria en cuestión sería conseguida sin lugar a duda.



Estoy harto de escuchar simplezas hacia los porteros, estoy harto de oír a tanto entendido de fútbol, estoy harto de leer tanto iluminado del bolígrafo o de la tecla del ordenador en cuestión, creyéndose todos en posesión de la verdad absoluta, estoy harto de ver cuantos partidos se ganan viendo la tele, estoy harto de observar cuanto gesto correcto, en lo que se refiere a exquisitez técnica, son capaces de producir los brazos o las manos del tomador de copas profesional, haciendo sencilla la jugada del partido allí mismo junto a la barra del bar, en resumidas cuentas, estoy harto de que el fútbol no sea mas que de los futbolistas, allegados a estos, y gentes que quieran el bien de los suyos, puesto que a la larga siempre será la suerte de todos.



Porteros de fútbol o jugadores de campo es lo mismo, son aquellos que se enfundarán nuestros colores y nos defenderán deportivamente hablando, pero nunca lo harán de nuestros problemas personales, de nuestras frustraciones, de nuestras envidias, de los problemas que tengamos con la sociedad que nos tocó vivir, o del estado de ánimo con el cual amanezcamos.



Si somos capaces de mirar esto desde un punto de vista positivo, el cual tendría que prevalecer ante las distintas actuaciones técnicas (personales o colectivas)  durante el transcurso de un partido de FÚTBOL, haremos que juzguen a los nuestros los rendimientos personales de la propia competición, y no un prematuro juicio de valor sobre el pensamiento acontecido o lance puntual del partido.



Defendamos lo nuestro ya que es lo que tenemos...



No destruyamos gratuitamente a los que son además de grandísimos profesionales, MITOS del deporte español.



Gracias IKER CASILLAS, y gracias a todos los que defienden en la portería de fútbol el noble arte de parar balones…









1 comentario:

  1. Jefe, gran artículo hacia el más grande. Se lo ha ganado con trabajo y sacrificio.

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