Hoy daré pie al articulillo que introduzco
en mi blog, rindiendo un merecido homenaje a cualquiera que tenga la inmensa
gallardía, de enfundarse unos guantes y ponerse a defender los 3 palos en un
campo de fútbol.
Dicho queda de paso que me atribuiré la osadía
para poner como ejemplo a alguien, al cual lo
creo merecedor de mucho más que una simple pizca de respeto por parte de
todos.
Debido a que más allá de estar siempre en
el candelero como actualidad, y de también como cualquiera que se pueda dedicar
a la profesión que tanto me gusta, estar supeditado al gusto o no del
aficionado que lea mis líneas, tendrán que reconocer su pequeño o gran mérito
contraído para este noble deporte, a
base de esfuerzo y sacrificio, de lucha año tras año y de estar expuesto día si
día también, al inquebrantable veredicto diario sobre su estado de forma, sobre
su vida, sobre sus gestos o simplemente, sobre como es él.
En el fútbol actual en el cual nos movemos
todos, creo que se están equivocando demasiadas cosas, ya que pienso bajo mis
creencias forjadas con un sinfín de situaciones rocambolescas, a las cuales
tuve acceso de una u otra forma, bien en
primera persona, o bien como cualquier seguidor de nuestro deporte, no existe
coherencia con lo que se dice o con lo que se hace.
Se rigen los gustos y las informaciones
con poco o ningún criterio contrastado, se hace una mezcla de lo que es el
deporte o las cualidades de cualquiera para el mismo, con lo que supone tener
una vida más o menos lujosa, se dilapida gratuitamente años de dedicación por
un simple capricho personal, se juega con una situación institucional estable
por el simple hecho de hacer más ruido que el opositor, en resumidas cuentas,
se hace daño a las personas que intentan traer a este deporte satisfacciones
para todos.
Está claro que todos los profesionales que
se dedican, o que nos dedicamos al fútbol, somos conscientes de que se juega
con las cartas marcadas en la mayoría de los casos, pero no por ello deberíamos
ignorar algo fundamental, y es que tras la coraza multicolor además de
deportiva se encuentran seres humanos, iguales a aquellos que ganan los
partidos desde la grada, desde la cabina de prensa, desde los palcos vip, o
desde el palco presidencial en cuestión.
Y todos estos que andan con la creencia
aferrada de la ignorancia deportiva como bandera, desprestigiando a los suyos y
pensando que su mayor torrente de voz ganará los partidos para su equipo,
conseguirán realizar un efecto contrario al que ansían para la entidad a la
cual se denominan fervientes seguidores, ya que los que tienen potestad para
traer momentos gloriosos hacia dicha creencia, son esos a los cuales tildamos
de una u otra cosa con saña en el veredicto deportivo.
Serán los jugadores (porteros) gusten o
no, los que defiendan la elástica de nuestros amores, estarán en posesión de la
barita mágica llenando los momentos de vida deportiva con felicidad o
satisfacción, y se esforzarán seguro egoístamente hablando por hacerlo bien, ya
que no conozco a ningún futbolista a lo largo de mi extensa carrera como
jugador, y ya varias temporadas como técnico, al cual le haya visto salir a un
terreno de juego pensando en hacerlo mal, sino mas bien todo lo contrario, con
la creencia en que aquel sería su partido, y que los puntos o eliminatoria en cuestión
sería conseguida sin lugar a duda.
Estoy harto de escuchar simplezas hacia
los porteros, estoy harto de oír a tanto entendido de fútbol, estoy harto de
leer tanto iluminado del bolígrafo o de la tecla del ordenador en cuestión,
creyéndose todos en posesión de la verdad absoluta, estoy harto de ver cuantos
partidos se ganan viendo la tele, estoy harto de observar cuanto gesto
correcto, en lo que se refiere a exquisitez técnica, son capaces de producir
los brazos o las manos del tomador de copas profesional, haciendo sencilla la
jugada del partido allí mismo junto a la barra del bar, en resumidas cuentas,
estoy harto de que el fútbol no sea mas que de los futbolistas, allegados a
estos, y gentes que quieran el bien de los suyos, puesto que a la larga siempre
será la suerte de todos.
Porteros de fútbol o jugadores de campo es
lo mismo, son aquellos que se enfundarán nuestros colores y nos defenderán
deportivamente hablando, pero nunca lo harán de nuestros problemas personales, de
nuestras frustraciones, de nuestras envidias, de los problemas que tengamos con
la sociedad que nos tocó vivir, o del estado de ánimo con el cual amanezcamos.
Si somos capaces de mirar esto desde un punto
de vista positivo, el cual tendría que prevalecer ante las distintas actuaciones
técnicas (personales o colectivas) durante el transcurso de un partido de FÚTBOL,
haremos que juzguen a los nuestros los rendimientos personales de la propia
competición, y no un prematuro juicio de valor sobre el pensamiento acontecido
o lance puntual del partido.
Defendamos lo nuestro ya que es lo que
tenemos...
No destruyamos gratuitamente a los que son
además de grandísimos profesionales, MITOS del deporte español.
Gracias IKER CASILLAS, y gracias a todos
los que defienden en la portería de fútbol el noble arte de parar balones…
Jefe, gran artículo hacia el más grande. Se lo ha ganado con trabajo y sacrificio.
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