sábado, 25 de abril de 2015

Jon Pascua, un Vasco por el Mundo


Mi gratitud a mi compañero, colega y amigo Jon Pascua por hacerme partícipe de su página, en la cual aglutina experiencias de lo que supone estar en contacto directo con los porteros de fútbol.

Eskerrik asko Jon

http://www.jonpascua.com/es/invitado/famosas-excusas-peseta-jose-manuel-santisteban/4023.htm

miércoles, 22 de abril de 2015

FÚTBOL POR EDUARDO GALEANO


Este pequeño recuerdo se lo otorgo a un grande de la escritura además de periodista, el cual se ha marchado al vestuario para descansar tras el partido que disputó, siendo la duración del mismo unas 74 primaveras.

Y como cualquier jugador exhausto detrás del esfuerzo realizado, finalizó toda aportación entre los mortales con el último pitido escuchado a la conclusión de su vida.

Estoy seguro que se llevó en la despedida tras concluir la jornada final, una sonrisa hondeada en lo más alto del mástil, insertándose la satisfacción como escudo en su pecho, mostrándoselo orgulloso al que quiera mirarlo.

Y es que para un futbolero confeso de pro y con adicción sin remedio posible ante tal espectáculo, el haberse sentido parte activa de dicho deporte fetiche, le otorgará la sensación de ser homenajeado con su trofeo particular, llevando este como reseña grabada en el mismo, las letras doradas del propio nombre.

Con un galardón bajo el brazo entregado cuando llegue a no se donde, espero pueda percibir el clamor popular de los que anduvieran por allí, o porque no pensarlo, de lo que anduviera por allí, sabiéndose admirado por la adicción al balón y sus jugadores, a los colores del equipo y lo que representaban estos en su fervor día tras día.

Dicha reseña distintiva, reconfortante y mágica lo tildarán como uno de los elegidos por lo celestial, indicando de esta manera un hecho irrefutable, al convertirle en el emblema de los caracterizados por la lealtad ante el fútbol.

 
El fue uno de esos locos en este tinglado deportivo llamado fútbol, que fue capaz de percibir la chorretada de emociones intensas y más apasionantes que se suceden en cada partido disputado, con cada jugador protagonista y con cada anécdota deparada durante décadas futbolísticas.

Sólo una persona que haya disfrutado con este espectáculo, podría describirlo con unas letras así de concisas y por supuesto tan atinadas:

́Todos los uruguayos nacemos gritando gol y por eso hay tanto ruido en las maternidades, hay un estrépito tremendo. Yo quise ser jugador de fútbol como todos los niños uruguayos. Jugaba de ocho y me fue muy mal porque siempre fui un ¡pata dura! terrible. La pelota y yo nunca pudimos entendernos, fue un caso de amor no correspondido. También era un desastre en otro sentido: cuando los rivales hacían una linda jugada yo iba y los felicitaba, lo cual es un pecado imperdonable para las reglas del fútbol moderno.
Eduardo Galeano

Y también haré alusión al sitio donde escribe tan hermosas palabras, su libro “EL FÚTBOL A SOL Y SOMBRA”, un cobijo magnífico para las expresiones y pensamientos de esta gran pluma que nos ha dejado, en las cuales expresa con pelos y señales lo que supone el fútbol para los creyentes y no tan creyentes, para las masas menos favorecidas y para los que lo son, y en general un recorrido por todo lo que aglutina el mismo en las diferentes parcelas que componen cada rincón del propio fútbol. 


Lógicamente por alusión a la profesión que tuve defendiendo los tres palos, y a la cual me enfrento al día de hoy con los que intento adiestrar para ello, mencionaré un apartado de dicho libro en el que nos incluye diciendo verdades a gran escala, y le doy si cabe mayor importancia a lo descrito en sus textos, ya que estos no llegan mencionando nuestra profesión por nadie que actúe de manera partidista, sino todo lo contrario, por alguien que ve la realidad acontecida en muchas ocasiones para nuestros porteros.

Y como ejemplo un botón:

El arquero También lo llaman portero, guardameta, golero, cancerbero o guardavallas, pero bien podría ser llamado mártir, paganini, penitente o payaso de las bofetadas.
El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él: allí lo dejan, abandonado ante su verdugo, en la inmensidad de la valla vacía. Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos.
Con una sola pifia, el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato, y entonces el público olvida súbitamente todas sus hazañas y lo condena ala desgracia eterna.
 
Sólo me quedará darte mi humilde ¡HASTA PRONTO!, y sobre todo EL MÁS SINCERO AGRADECIMIENTO por lo dedicado a nosotros, y por supuesto por lo que aportaste a nuestro deporte:

El orgullo de sentirse futbolero por los cuatro costados, y enriquecer a todo el que atendiera tus palabras emitidas hacia nuestra adicción…

¡GRACIAS AMIGO Y SUERTE EN TU PRÓXIMO PARTIDO!


EDUARDO GALEANO 
MONTEVIDEO,  URUGUAY 3-9-1940 / 13-4-2015


jueves, 16 de abril de 2015

Lucha desigual


Me gustaría comenzar dedicando estas líneas además de a todo aquel que se quede leyéndolas, cosa que no es poco la verdad, a esos PRIMERIZOS en la profesión de entrenar porteros, y también a aquellos que ni tan siquiera iniciaron su aventura en tan noble oficio del cual me enorgullezco en representar, estando estos últimos con la inquietud de probar fortuna en el mismo.

En el momento que nos aventuramos a entrar sin pudor en este CÍRCULO MARAVILLOSO de adiestrar guardametas, sabemos la cantidad de dificultades de todo tipo que nos podemos encontrar por el camino, pero la pasión que inunda nuestro objetivo es de una magnitud tal, que para cualquiera que no esté identificado con la profesión haría de nosotros sin lugar a duda, los referentes de la gente POCO CUERDA.

domingo, 5 de abril de 2015

EXCUSAS DE “A PESETA”


Cuando uno llega a tener un recorrido más o menos amplio en las labores desempeñadas como entrenador de porteros, y también por qué no decirlo, como jugador que fui en otros tiempos, le llegan a su mente además de las innumerables batallitas que podría estar narrando de manera continuada, un dosier de frases y momentos padecidos, los cuales impactan de la manera más dolorosa posible contra mis pensamientos hacia la demarcación específica que trato, y que por supuesto tanto me preocupa.