Cada
vez que este humilde entrenador de porteros realiza una charla dirigida a
técnicos, técnicos de porteros o aficionados al deporte rey en general, intento
por todos los medios a mi alcance, que perciban algo de nuestro mundo, el MUNDO
DEL PORTERO DE FÚTBOL.
Son
muchas las dificultades que entraña la especialidad dentro del campo para la
personal que defiende la portería, y en esa causa entro en juego yo como
técnico y ex portero profesional , haciendo gala de los pocos conocimientos que
poseo, pero poniendo sobre el tapete las cartas boca arriba ante todo lo que
sigo padeciendo diariamente.
Con
mi ceño fruncido constantemente, dada la falta de rigurosidad existente por
muchos que nos rodean a diario, voy capeando mi resignación ante tanto
improperio lanzado sin pudor hacia los nuestros, hacia la valía de entrenar
porteros o simplemente hacia tener que buscar algún culpable ante el devenir
del equipo en cuestión.
Valoraciones
correctas haberlas haylas (como las meigas), pero en la mayoría de las ocasiones
se aplican sentencias condenatorias, sin pararse a pensar el porque de las
afirmaciones emitidas.
Y
no quitaré la dosis de culpabilidad de nuestros porteros y como no, de nosotros
los técnicos especialistas en el entrenamiento de porteros, mostrando siempre
un denodado intento para no encajar demasiados goles, pero mi pregunta ante
esta afirmación sería la siguiente:
Entonces
me golpea otra de mis múltiples reflexiones, ante la que pongo si cabe mayor
ímpetu al nombrar la imagen que a continuación inserto:
Quiero
entender que ya en el fútbol moderno del cual nos beneficiamos muchos, se
tienen establecidas unas convicciones férreas, sobre lo positivo que supone
tener unos preparadores específicos para la demarcación que aquí trato de
mostrar.
La
batalla en la que me encuentro inmerso futbolísticamente hablando, y con la cual
me identifico como el William Wallace de
turno (braveheart) alzo simbólicamente mi espada con el
acero de los argumentos reflexivos, intentado herir las mentes de los
incrédulos existentes por este mundo del deporte Rey.
Quizás
así se pararán a pensar lo beneficioso que supone tener nuestra existencia en
el mismo, persiguiendo sin tregua y de
manera tenaz, el poder captar la
atención necesaria hacia cualquier resto obsoleto además de impropio, dadas sus
convicciones contrarias, mostrándoles la evolución real sufrida en nuestro
deporte, y que viene marcada con una exigencia máxima a la que están sometidos
nuestros porteros, evitando que todas estas mentes atrasadas deportivamente
hablando, sigan con esos pensamientos atrincherados en algún rincón del fútbol.
intento
por todos los medios a mi alcance que nuestros guardametas tengan su hueco, y a
la vez también nosotros los técnicos, pudiendo ocupar de esta forma el lugar
que nos corresponde en los equipos de fútbol.
A colación de estas instantáneas, también podría realizar alguna pregunta más o menos reflexiva para el que le intriguen estas líneas, no siendo otras que la cantidad de elementos hostiles a los que deberá hacer frente un porteros de fútbol:
Los
errores cometidos suponen la desgracia más repudiada por cualquiera que se
atreva a ponerse bajo palos, no existe consuelo, no encuentras justificación,
no recibes la comprensión de casi nadie, no tienes lugar de cobijo ante la
lluvia de críticas, no puedes volverte invisible, en definitiva, es la cruz
camino de cada calvario personal.
La ira de afición contraria o propia,
también hace que los nuestros sufran constantemente el martilleo psicológico
adverso para llevar con éxito su trabajo, ya que serán sometidos a un constante
juicio sobre lo acontecido en el partido, comenzando por su labor y terminando
con el resultado que se esté produciendo en este envite.
Y
por último y no menos importante hablaré del elemento insignia en cuanto a
enemigo número uno de los nuestros, EL BALÓN, este parece temporada tras
temporada ser elaborado a conciencia por el DEMONIO personalmente, ya que no
puede variar más de un año a otro, y de una competición a otra.
El
tacto, la composición, las trayectorias cambiantes, el diseño exterior
(diferentes componentes parcheando su envoltorio), etc…hacen que los nuestros
perciban en los lanzamientos a los que son sometidos un auténtico calvario,
puesto que en la mayoría de los casos se ven impotentes para poder distinguir
dos trayectorias similares adecuando los gestos más correctos a estos con el
fin de detenerlos con éxito.
Entraré
en otro apartado no menos importante a la hora de buscar compresión por parte
de todos hacia estos sufridores, y por consiguiente hacia nosotros los técnicos
especialistas:
¿Son
verdaderamente conscientes de que quienes son sus porteros y quienes somos
nosotros?, quizás los locos por la causa de,
¿intentar tener a estos en las mejores condiciones posibles?
Todos
nos intentamos formar lo mejor posible para llegar a ser los mejores técnicos
del mundo……
Y
dentro de ello abarcamos un amplio abanico de materias estudiadas, unas acorde
a la demanda futbolística, y pienso sinceramente que otras para rellenar las
horas lectivas respectivas.
Pero
la duda que me asalta siempre es si verdaderamente cuando se estudia un
apartado concreto, en el cual el portero de fútbol es el gran protagonista, nos
queda a todos lo suficientemente claro que son diferentes al resto por muchos
motivos, que necesitan tener unos espacios propios y concretos, que deben
llevar una preparación específica acorde a su demarcación, que le podremos
exigir cosas que hayan sido trabajadas para tal menester, que deberán tener sus
tiempos necesarios en la preparación oportuna, que como miembros de un grupo de
futbolistas son eso precisamente, parte del grupo para tenerlos en cuenta dada
su metodología distinta en la gran mayoría de las ocasiones a la del resto de
jugadores, que cuando se elaboran tareas hay que pensar en ellos y en su
beneficio y no como complemento para el resto de jugadores, que en definitiva,
alguien tildado de especialista para ellos debería echarnos una mano, y no sólo
para entrenarlos acorde a la demandado, sino sobre todo para estar
estrechamente entrelazadas las parcelas técnicas, de tal forma que nos puedan
asesorar, ayudando en posibles decisiones y como también sería recomendable a
todas luces, llevar a cabo una preparación por parte de todos los componentes
del cuerpo técnico en buena armonía, sintonía y coordinación provechosa para la
totalidad de componentes de nuestras plantillas.
Deberemos
tener no sólo a nuestros porteros y técnicos de porteros cuando nos interese,
sino como una parte fundamental e imprescindible para llevar a buen puerto a
todos los profesionales, ya que el beneficio final será el de todos y no nuestro
MUNDO DEL PORTERO sólo…
Hagamos
que nuestros porteros se sientan arropados y sin tener la soledad como
acompañante perpetua, y no sólo por la cantidad de dificultades que deberán
soportar externamente, sino también internamente ya que de esta manera
conseguiremos tener sin lugar a dudas, unos guardametas preparados, fuertes, y
acordes a la exigencia competitiva.
No hagamos que la última imagen que acompaña este texto siga siendo realidad en la actualidad, esta en nuestra mano y sobre todo en nuestros pensamientos erradicar la mencionada….SOLEDAD DE LOS PORTEROS...NUESTRA SOLEDAD…
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